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jueves, 23 de enero de 2014

Esto está ya aquí por @Myguitarandi

Mes de enero, semanas de ensayos generales, de nervios, de incertidumbre sobre el repertorio, de meter los últimos detalles, de probarse el tipo, de ir a ver el forillo, de comprar las últimas cosillas en tiendas, en fin de una infinidad de cosas que sólo los que salimos en esto podemos llegar a entender. El sábado pasado tuvimos la suerte de estrenar el repertorio en nuestro ensayo general. No sabéis la satisfacción que se le queda a uno después de soltar lo que lleva dentro desde hace 5 meses,  te quitas un peso de encima y si encima tienes el reconocimiento de los compañeros, más todavía.


Siempre he dicho que no me gustan los ensayos generales. La mayoría vamos a bichear al “contrario” y casi nadie es sincero con sus opiniones, todo el mundo te suele decir que eres el mejor, que vaya pedazo de repertorio, etc. Y es totalmente lógico, ¿quiénes somos nosotros para quitarle la ilusión a un compañero? Aunque la verdad es que la gran mayoría de las veces nos vendría bien tener a un amigo sincero que nos dijese lo que está bien y lo que está mal.

El día del ensayo general es como el día del Falla: nervios por el qué dirán  y nervios porque todavía no se saben bien las letras, no se tienen perfeccionados los coreados, los acordes, y eso es lo que hace a este día tan especial: la incertidumbre.


Hoy no me voy a extender mucho más.  Simplemente decirle a los compañeros que disfruten de sus ensayos y que les vaya bien en los concursos.

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