Gran noche de carnaval en Madrid, por @joseja_

Me preguntaron los amigos de Pito de Carnaval si les podía escribir una pequeña crónica del festival SanferCai, celebrado este sábado en San Fernando de Henares (Madrid). No sé si tengo mucho que decir o si os parecerá interesante, pero como son ellos no puedo decir que no, y aquí va un intento de resumen de la experiencia vivida en la capital de España con mi coro “Khumbayá”, teniendo a la chirigota de Sevilla “Los que salieron huyendo…” como acompañantes.

Cartel del evento

A las cinco de la mañana salió el bus del árbol del Mora y, tras varias paradas para recoger componentes del coro, a las siete subíamos los sevillanos. El viaje fue algo pesado porque el bus no es que fuera muy grande y las rodillas terminaron señaladas en el asiento del de delante, pero no faltó guitarra, carnaval, flamenco y arte. A destacar el repertorio carnavalesco inagotable de José Luis “El niño”, de la chirigota de Sevilla y el espectáculo gratis y en directo que es Juan Carlos Vergara “El Gitano”. He conocido pocas personas más graciosas que el que fuera Noé el pasado carnaval. Eso hizo mucho más ameno el viaje. Por último, todo viaje se hace mejor teniendo sentado al lado al gran Román Limón, componente de la chirigota de Sevilla, músico de la comparsa que tengo la suerte de escribir y amigo de esos que no se encuentran fácilmente.

Nada más llegar a la capital, nos llevaron a almorzar a Coslada y allí pasamos otro gran rato de convivencia y risas. Al terminar, otra vez en bus para el hotel, donde empezamos a prepararnos. El coro siempre actúa con el tipo completo, tal como se mostró en el Falla, por lo que empezamos con el proceso de convertirnos en negros, que no es nada rápido ni sencillo, como podéis imaginar.

Cuando todos estuvimos listos, el bus llevó al coro al teatro. En camerinos se respiraba un ambiente especial, incluso con algo de nerviosismo. Era nuestra primera actuación más allá de Despeñaperros y había que dar el callo. Habíamos preparado una actuación especial, con coplas de otros años, habaneras de Cádiz, duros antiguos, pique entre mujeres y hombres… Y todo tenía que salir bien.

Cada actuación tiene algo especial, siempre guardas algún momento para el recuerdo. La actuación de Madrid tuvo muchos de esos momentos. No sabíamos cómo sería la reacción de un público teóricamente menos entendido o con menos conocimiento de esta fiesta, pero lo sucedido superó la mejor de nuestras expectativas. Desde la presentación nos dimos cuenta de que sería una actuación especial. Un teatro muy bonito lleno de gente de muchas ciudades de España deseando escuchar carnaval, predisposición absoluta a la risa y a la emoción, ganas de pasarlo bien sin buscar fallos. Y el coro se entregó. Y vimos a gaditanos exiliados llorar, y vimos a gente bailando nuestros estribillos, y vimos un público entregado a la causa.

Cuando tras una hora y media de actuación se echó el telón cantando los duros antiguos sentí emociones parecidas a las que se viven en el Falla, y eso no es fácil que ocurra en el mes de junio, con el repertorio más que cantado… Ver a ese público en pie aplaudiendo a rabiar es una imagen de las que se quedan en la memoria.

Después de cantar, el autobús vino a por nosotros para llevarnos al hotel y empezar el proceso de desmaquillaje, casi más pesado que el de maquillaje, motivo por el que no pude disfrutar de la actuación de la chirigota. Tras el proceso de chapa y pintura volvimos al teatro para recoger a la chirigota e irnos a cenar, y ahí pudimos ver a la gente del público saliendo del teatro con caras de satisfacción y con comentarios verdaderamente emocionantes sobre lo que habían sentido en las cuatro horas de actuación. Como no podía ser de otra forma, la chirigota había “liado el taco” con su repertorio, o repertorios mejor dicho, puesto que fueron cambiándose de tipo para repasar todos sus años de historia desde “Esto es pa verlo”. Un Gitano “sembrao” y una chirigota que canta e interpreta a la perfección conquistaron un teatro que no paró de reír en las dos horas que duró su actuación.

Con la tranquilidad del deber cumplido, nos fuimos a cenar los dos grupos y los organizadores. Al día siguiente, desayuno y viaje de vuelta… todos muertos y todos con una sonrisa en la cara. Había terminado un gran fin de semana, que todos deseamos que se vuelva a repetir, eso sí, la próxima vez en AVE.

No puedo olvidarme de dedicar unas palabras a la organización del festival Sanfercai. Creo que es difícil hacer un festival perfecto… pero ellos lo han conseguido. Este festival es invento y trabajo de dos chavales, que desde septiembre del pasado año estuvieron dándole vueltas al coco para organizarlo, promocionarlo, financiarlo, y hacer disfrutar a las 400 personas que asistieron. Y lo mejor de todo, les cuesta el dinero de su bolsillo hacerlo. Como podéis imaginar, apostar por llevar a un coro a Madrid tiene mucho mérito y por ello le estaremos siempre agradecidos. Su trato hacia los grupos fue inmejorable y verlos llorar durante toda nuestra actuación demuestra la pasión con la que hacen esta labor y sus ganas por llevar esta fiesta a la capital de España. Por todo ello, muchas gracias y esperamos que sigáis con este trabajo durante muchos años, porque hacéis a la gente muy feliz, tanto al público como a los grupos.

Y hasta aquí llegó esta crónica de una noche madrileña, quizá demasiado extensa, pero escrita desde la emoción de un sevillano que cumple su sueño cantando en el coro Khumbayá.

¡Gracias a todos y hasta la próxima!

José Javier Puerto