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martes, 10 de septiembre de 2013

Ya son las diez, vamos a ensayar… por @ChicaCualquiera

Y por fin llegó septiembre. Ese septiembre de playas semivacías, de noches de rebecas, de vuelta al cole, de últimas ferias, de despedidas, de reencuentros, de nuevas amistades, de exámenes y de vuelta al trabajo. Y con él llega la vuelta a los ensayos. Toca dar forma a las agrupaciones de cara al nuevo COAC, y con ello mis nervios. En cinco meses tendremos nuevas musiquillas que tararear, nuevas letras que aprender, nuevas coplas favoritas y otra oportunidad de derrotar (siempre con humor y sin maldad) a nuevas agrupaciones.

Pero estamos en septiembre. Dejemos a febrerillo aparte, aunque nos cueste. Toca crear. Ahora es cuando los autores enseñan el pasodoble a su grupo. Ahora es cuando se crea todo, y como aficionada, propongo un decálogo (los que me conocéis sabéis que soy muy dada a crearlos) para llevar una buena agrupación al COAC:


1º Escribirás cuando sientas, y sentirás cuando escribas. No sirve de nada rellenar miles de folios sí las coplas no salen del alma. El verdadero carnavalero lo percibe a la primera.

2º La pena da premios, pero no da gloria. Por desgracia, año tras año el concurso nos demuestra que las letras de pena son las que puntúan, y que el aficionado, que no carnavalero, otorga premios en función de cuantas lágrimas derrame. Sin embargo, la gloria carnavalera se consigue con buenas agrupaciones, y sí no… Que le pregunten a Paco Alba o Martínez Ares, por ejemplo.

3º El carnaval es reivindicación. Esta fiesta nació para reclamar a los gobernantes en tiempos de dictadura los derechos que no podían exigirse siendo un ciudadano de a pie. Mantengamos la esencia de la fiesta en estos tiempos que corren.

4º No es lo mismo una letra para dar pena que una letra que emocione. Por ejemplo, “Le dijo el pito a la caja” de Los Gladiadores de la Caleta, o “Con fecha del 15 de abril” de Con uñas y dientes a mi me emocionan, pero no crean en mi un sentimiento de tristeza. Esas son las coplas que me gustan.

5º Los cuplés son graciosos. Entiendo que cuesta mucho hacer reír, pero los cuplés de relleno aburren, y mucho. Al menos que lleven intención humorística.

6º El popurrí no son ocho minutos enlazando palabras. Un popurrí  espectacular es lo que diferencia a una buena agrupación de una agrupación mediocre. Es el espacio donde el autor puede mezclar tipo con innovación visual, sonora y literaria. Y hay que aprovecharlo.

7º Las puestas en escena no pueden superar a la agrupación. Hay ocasiones en los que una puesta en escena se come a la agrupación, demostrando que música y letra no están a la altura. “El brujo”, “Los ángeles caídos”, “Entre rejas”, “Las viudas de los bisabuelos del 55”, por ejemplo, llevaban una puesta en escena tan simple que demostraron desde el primer momento su grandísima calidad.

8º Los tenores suenan bonito. No hace falta un juego de voces propio de “Los niños del coro” para que una agrupación suene bonita. Tan sólo basta con escuchar un buen coro para comprender que una voz tenor bien afinada y una segunda que aporte profundidad hacen que una agrupación suene como los ángeles.

9º Marcad con vuestro sello de identidad vuestra agrupación. No dejaros llevar por la modas que 
intentan imponer algunos autores y aficionados del carnaval. Cada cual destaca por su propio “toque”. No perdedlo jamás.

10º DISFRUTAD HACIENDO CARNAVAL. Que esto es un hobbie, un modo de vida, un desahogo, una forma de despejarse y de divertirse. No convertid el carnaval en una obligación. No debemos olvidar que esto es sólo Carnaval. Y, sí disfrutáis ustedes (autores y componentes), os aseguro que también lo haremos nosotros.

Hasta aquí mi decálogo de creación de una agrupación. Son sólo consejos, puntos de vista y observaciones mías. No pretendo imponer mis pretensiones ni juzgar a los demás. Sólo pretendo colaborar para conseguir un carnaval mejor de la única forma que sé: escuchando y escribiendo.


Gracias por llegar, septiembre. Empieza el año carnavalero.  

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