En los últimos tiempos me pasó, por ejemplo, con “Los
válidos” que nada más escuchar el nombre ya se intuía el tinte reivindicativo
que luego mostraron sobre las tablas o con “Los que salieron huyendo por la que
está cayendo”, aunque reconozco que tengo especial predilección por los grupos
con rimas en el nombre que, curiosamente, ya que suelen ser bastante largos, al
final siempre se les acaba llamando de otra forma.
La barrera de esta búsqueda de la expectación meses antes
del concurso la ha sobrepasado este año la chirigota de Bocuñano y Rodicio, los
cuales para ello se han inscrito nada más y nada menos que como… chirigota de
San Sebastián.
Una chirigota de San Sebastián que de San Sebastián no tiene
ni la estampita pero que, para ir haciendo tipo, se les ha ocurrido inscribirse
como agrupación proveniente del País Vasco (que además ya consta como la
primera chirigota vasca de la historia del COAC). Una genialidad.
El nombre de la chirigota, siguiendo con la estela de los
últimos años con “Huele a ropero”, “La secta de los pelapapas” y “Las fans de
los Santos”, también parodiará el nombre de una comparsa del año anterior, nada
más y nada menos que el de la comparsa de Tino, “Lo siento Patxi, no todo el
mundo puede ser de Euskadi”.
Una manera perfecta de conseguir que, pase lo que pase
luego, la chirigota no pase desapercibida en el concurso. Habrá que ver si la
apuesta surte efecto, funciona y llega lejos en febrero, como llegaron en 2009
con aquellos amanerados de “Huele a ropero”, que llegaron a semifinal y que desde
aquí queremos recordar con este precioso pasodoble a los estereotipos gaditanos
no sin antes desear muchísima suerte a esta chirigota de Bocuñano y Rodicio que
seguro que no deja indiferente a nadie. Y que viva Euskadi.
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